Abel Koka

Abel Koka sabe que el conocimiento es poder. A través de su labor de promoción, desea que las comunidades comprendan que la igualdad de género favorece a todas las personas y las comunidades, y que todas las personas, incluidos los hombres y los niños, deben aportar su granito de arena para que esto ocurra.

"El mundo está cambiando a pasos agigantados, por lo que ya debemos dejar de hablar en primera persona para empezar a hablar en plural", expresa Abel. "Debemos pensar en las familias y las comunidades más allá de nosotros mismos". Todas las personas deben promover la igualdad de género porque beneficia a todos los seres humanos. Cada hombre y niño tiene la oportunidad de alentar el empoderamiento de las mujeres y las niñas en sus familias y comunidades. Cuando las mujeres están empoderadas, el progreso se acelera".

Abel, 30, trabaja para crear conciencia entre las y los jóvenes de Tanzania sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la asociación Family Planning 2020, marcos internacionales que pueden utilizarse para exigir a los Gobiernos que rindan cuentas e impulsar el cambio.

"Hoy en día, la juventud representa una proporción significativa de la población mundial. Somos muchos y muchas, y afrontamos varios problemas, pero también tenemos el poder, las habilidades y la capacidad de hacer que las comunidades sean mejores lugares donde vivir", afirma Abel. "Nuestros y nuestras líderes mundiales se comprometieron a tomar medidas, por lo tanto, los miembros de la comunidad deben movilizarse para pedir que se rindan cuentas".

Como un hombre joven, Abel quiere que sus pares comprendan cómo pueden alzar sus voces en beneficio de la humanidad.

"Encuentren su pasión y luego lideren los esfuerzos por convertir a sus comunidades en mejores lugares donde vivir. Deben verse como parte de la solución a los problemas que enfrentan".

Uno de los problemas más urgentes que Abel ha visto es la falta de conciencia e información disponible sobre la salud y los derechos reproductivos de las mujeres. Cuando las mujeres tienen acceso a una educación sexual y reproductiva integral, pueden tomar decisiones sobre su cuerpo y familias.

"La falta de servicios y educación sexual y reproductiva agrava muchos otros problemas. Por ejemplo, las mujeres jóvenes abandonan la escuela a raíz de los embarazos adolescentes", explica. "Debemos alentar a nuestros y nuestras líderes a invertir en este tema. Debemos dejar de ser personas reactivas y empezar a ser personas proactivas".