Jugadora de rugby y facilitadora comunitaria de Brasil
Hingride Marcelle Leite de Jesus
Hingride Marcelle Leite de Jesus. Fotografía: ONU Mujeres/Camille MirandaYo soy la Generación Igualdad porque…
“Recuerdo cuando mi padre vivía con nosotras y no le permitía a mi madre aceptar ciertos trabajos que él consideraba masculinos. Cuando comencé a jugar al rugby, él me dijo que no debía hacerlo, porque era algo de hombres”, cuenta Hingride. Contra todos los pronósticos, ella perseveró. Tras haber sido abandonadas por su padre, Hingride creció dentro de una familia liderada por mujeres, quienes fueron fuertes modelos de roles femeninos en el hogar. “Gracias al rugby, aprendí a tomar decisiones, a comprender en qué debo concentrarme y qué debo soltar, a respetar mis límites y a expresarme”.
“El deporte crea espacios para mujeres y niñas”.
El poder del deporte y los espacios seguros
Para Hingride, el deporte fue una herramienta de autoempoderamiento y de empoderamiento para las niñas a su alrededor. Pese a la discriminación que enfrentó, aprendió a tener confianza en sí misma y a no tener miedo en luchar por sus sueños.
“Soy negra, pobre y vivo en la periferia. ¡Eso no significa que no pueda alcanzar mis metas y cumplir mis sueños!”.
Como una de las participantes del programa Un logro lleva a otro logro, una alianza entre ONU Mujeres y el Comité Olímpico Internacional, Hingride y otras niñas y jóvenes atletas de Brasil asistieron a las sesiones semanales de práctica deportiva y preparación para la vida.
“Gracias a ese espacio seguro, pude compartir cosas que nunca antes había podido expresarle a otra persona por falta de coraje. Me di cuenta de cuán importante era ir a las sesiones semanales y hablar con otras niñas sobre nuestros cuerpos, sobre género, raza, sexualidad y violencia”, cuenta Hingride.
“Durante demasiado tiempo nos mantuvieron alejadas de las oportunidades deportivas, y los medios de comunicación, en especial los deportivos, pueden cumplir un papel importante en demostrar que cualquier deporte es de mujer”.
En la actualidad, Hingride ha completado su formación para convertirse en facilitadora y está ayudando a la próxima generación de niñas de su comunidad.
“Esto será más que una fuente de ingresos para mí y mi pequeño hijo de dos años. Es una oportunidad para convertirme en el ejemplo de otras niñas de mi comunidad. Me verán a mí y pensarán: ‘si ella lo logró, yo también puedo lograrlo’”.
Fotografía: (imagen de cabecera):
Hingride Marcelle Leite de Jesus. Fotografía: ONU Mujeres/Camille Miranda
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