Natalie Isaacs

“Tuve una epifanía sobre el cambio climático cuando tenía alrededor de 45 años. Solía creer que la solución a la crisis climática no tenía nada que ver conmigo y que el cambio iba a ocurrir desde los gobiernos”, afirma Natalie.

“Lo que cambió mi vida para siempre fue que, solamente con un poco de cuidado, reduje el consumo eléctrico de mi hogar en un 20 %. Cuando me di cuenta de que había ahorrado mucho dinero y, a la vez, había generado menos contaminación, también me di cuenta de que era parte del problema y que debía hacer algo al respecto”.

“Pensé que, si millones de hogares en Australia y el mundo hacían lo que yo había hecho, entre todos, seguramente, deberíamos lograr un cambio”.

Cuando Natalie empezó a investigar sobre acción climática, encontró muchas instituciones que se dirigían a todas las personas por igual, pero no pudo encontrar una que le hablara a ella como mujer sobre cómo cambiar el modo en que vivía en Australia.

“Las mujeres, las niñas y los niños de todos los países que generan la menor cantidad de contaminación son el grupo más vulnerable; además, las mujeres son poderosas consumidoras. Se estima que para el año 2028 dos tercios del consumo total estará a cargo de mujeres”, afirma.

“Según su lugar de residencia, las mujeres toman entre el 75 y el 85 % de las decisiones del hogar que afectan la huella de carbono. Además, el 17 % de las emisiones provienen del consumo hogareño”.

Natalie formó 1 Million Women, un movimiento mundial de mujeres y niñas que toman medidas concretas para luchar contra el cambio climático a través del cambio en sus propios hábitos de vida.

“La acción climática necesita que todas las personas, en todos los niveles, tomen medidas; necesitamos empoderar y movilizar a las mujeres para que lideren sus propias acciones”, afirma.

“En lo que respecta a la acción climática, no sólo se lucha por la acción climática, sino que también hay que vivirla. No es suficiente marchar en las calles o hacer una donación [a una institución que se ocupe del medio ambiente], o incluso escribir cartas a políticos. Tenemos que hacer cambios en nuestras vidas. Cuando hacemos cambios en nuestros hábitos de vida y de consumo, alzamos más aún nuestra poderosa voz para que impulse a otras personas a actuar del mismo modo”.