Vanina Escales

Vanina Escales cree en el activismo. Cree en abogar por quienes no pueden alzar la voz.

"Salimos a las calles por nuestras muertas, por quienes murieron luchando por los derechos que aún no hemos podido conquistar y por quienes murieron sin la oportunidad de defenderse", comenta.

Vanina y sus compañeras periodistas se cansaron de escuchar las interminables historias de mujeres asesinadas. Estaban cansadas de la violencia persistente contra las mujeres, la falta de acción y la respuesta pasiva.

"Frente a esta apatía, dijimos ¡BASTA! Necesitábamos decir ¡BASTA! Con un mensaje simple y claro, dijimos, ni una [mujer] menos", comenta.

Así es como Vanina y otras periodistas y escritoras fundaron Ni Una Menos, una campaña para darle visibilidad a todas las formas de violencia contra las mujeres, incluida la violencia económica, física y sexual. Se extendió por Argentina y toda la región de América Latina, y luego al resto del mundo, para llamar la atención sobre el sexismo cotidiano presente en los hogares y las comunidades.

"Determinados comportamientos dejaron de ser invisibles y de ser tomados como normales. Nos rebelaremos contra esta realidad una y otra vez hasta que deje de serlo", expresa Vanina.

La mejor manera, según Vanina, de poner fin a la violencia sexual y de género es derribar los sistemas que han permitido la persistencia de las desigualdades.

"Los delitos sexuales son delitos de abuso de poder, y la violación es una parte de la pedagogía con la cual se mantiene el orden moral patriarcal. Prevenir la violencia sexual debe estar basado en un profundo cambio social. La cultura debe cambiar, así como los roles dentro de ella", expresa.

Para que se produzca un cambio cultural significativo, la interseccionalidad es importante. "Lo que sé y veo es la diferencia entre el acceso a los derechos de las mujeres, las lesbianas y las personas trans en todas partes del mundo... Existe una combinación de factores que provocan una mayor desigualdad, la falta de derechos económicos, sociales o culturales, o el acceso a la atención de la salud... [y] la falta de derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y las niñas".

Para Vanina, construir el futuro que todas las personas nos merecemos implica que todas las personas gocen de igualdad, más allá de su identidad de género, origen, raza, religión, orientación sexual o nacionalidad.

"No existe verdadera igualdad, a menos que haya una igualdad sustantiva para todas las mujeres", afirma. "No sólo [para] las mujeres blancas, sino también para las mujeres indígenas, las mujeres afrodescendientes y las mujeres trans".