Un momento único puede iniciar una revolución, las acciones colectivas pueden transformar las leyes, la creatividad puede cambiar actitudes y un invento puede alterar el curso de la historia. Paso a paso se impulsa el movimiento de las mujeres, incluso ante las adversidades. Descubra cómo estos hitos, históricos o cotidianos, han dado forma a nuestras vidas, los derechos y las vidas de las mujeres y niñas de todo el mundo.
Indignadas por la prohibición que impedía a las mujeres hablar en una convención contra la esclavitud, las norteamericanas Elizabeth Cady Stanton y Lucretia Mott congregan a cientos de personas en la primera convención nacional por los derechos de las mujeres (Nueva York). Juntas, exigen derechos civiles, sociales, políticos y religiosos para las mujeres en una Declaración de Sentimientos y Resoluciones:
“Mantenemos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres y las mujeres son creados iguales”.
El público se burla especialmente del derecho de las mujeres a votar. Pero ha nacido un movimiento.
Más que una palabra, el feminismo es un movimiento que defiende la igualdad de derechos sociales, políticos, legales y económicos de la mujer respecto del hombre. Su primer uso documentado se remonta a 1837 en Francia: el socialista Charles Fourier utiliza el término “feminisme” para describir la liberación de la mujer en un futuro utópico.
A principios de la década de 1900, el concepto se asocia con el sufragio femenino, aunque después adquiere mayor sentido. Concretamente, el “feminismo interseccional” destaca cómo las mujeres se enfrentan a diferentes formas de discriminación en función de la raza, la clase, la etnia, la religión y la orientación sexual.
En su discurso de 1851 “¿Acaso no soy yo una mujer?”, la feminista norteamericana y antigua esclava Sojourner Truth llama la atención sobre cómo las mujeres sufren el machismo de maneras diferentes.
Es el número de firmas que recoge la interminable petición del sufragio femenino, de 270 m de largo, presentada ante el parlamento de Nueva Zelanda en 1893. Poco después, Nueva Zelanda se convierte en el primer país autónomo que permite votar a las mujeres, e inspira a sufragistas de todo el mundo.
La bicicleta tal y como la conocemos hoy, facilita que las mujeres de algunas regiones puedan llevar ropa más cómoda y ganar movilidad.
El primer Día Internacional de la Mujer (1911) reunió a más de un millón de personas en Austria, Dinamarca, Alemania y Suiza a favor del sufragio y los derechos laborales de la mujer. Hoy se celebra cada año el 8 de marzo. En sus inicios, la conmemoración sirve de protesta contra la I Guerra Mundial. Por ejemplo, en Rusia, una gran manifestación liderada por mujeres exige “¡pan y paz!”. Cuatro días más tarde, el zar abdica. Actualmente, este día es fiesta nacional en Rusia, y hay especialistas que opinan que fue el detonante de la Revolución rusa.
En la primera campaña conocida de este tipo, la Sociedad de Médicos de Egipto se enfrenta a la tradición explicando los efectos nocivos para la salud de la mutilación genital femenina. Al menos 200 millones de mujeres y niñas vivas hoy en día han sufrido esta práctica. Hay que esperar a finales del siglo XX para que se adopte mundialmente el término y la práctica se clasifique explícitamente como forma de violencia. Hoy, las Naciones Unidas, los movimientos populares de mujeres, la sociedad civil y otros colaboran para poner fin a la práctica.
Furiosas por su situación social bajo el gobierno colonial, las mujeres igbo envían hojas de palma —lo que hoy sería una invitación a un evento en Facebook— a sus hermanas del sureste de Nigeria. Miles de ellas se unen a la protesta contra los jefes designados antidemocráticamente o para “hacerles la guerra”, cantando, bailando, golpeando las paredes e incluso destrozando los tejados de sus casas. Aunque la represión de las protestas causa víctimas mortales, acaba obligando a los jefes a dimitir y eliminar los impuestos a las mujeres del mercado.
La I y la II Guerra Mundial hacen que las mujeres ocupen empleos “no tradicionales” mientras los hombres van a la guerra. Desde entonces, Rosie, la remachadora, icono cultural occidental de las trabajadoras en la guerra, ha sido reinterpretada mundialmente como símbolo del empoderamiento de la mujer.
¿Qué pasaría si no hubiera ropa limpia durante semanas? En 1945, Dublín aprendió la lección a la fuerza. Cansadas de la insalubridad en el trabajo, los bajos salarios, las horas extras y el poco tiempo libre, cerca de 1.500 lavanderas se sindicaron y fueron a la huelga:
Les dejamos todo en sus manos... Para conseguir lo que se nos debe.
Las lavanderías comerciales, un gran negocio en esa época, se resienten. Después de tres meses (y mucha ropa sucia), la huelga finaliza con éxito y todas las trabajadoras y todos los trabajadores irlandeses ganan una segunda semana de vacaciones al año por ley.
Tras la devastación de la II Guerra Mundial, se forman las Naciones Unidas en 1945 para fomentar la cooperación internacional. La Carta de las Naciones Unidas consagra la igualdad de género:
“Nosotros los pueblos... reafirmamos la fe... en la igualdad de derechos de mujeres y hombres”.
Es una de las muchas medidas que adoptan las Naciones Unidas para defender los derechos de las mujeres: en 1946, la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer se convierte en el primer órgano intergubernamental mundial dedicado exclusivamente a la igualdad de género; y, en 2010, ONU Mujeres se convierte en el primer organismo de las Naciones Unidas en trabajar exclusivamente por los derechos de la mujer.
En la sesión inaugural de la Asamblea General de las Naciones Unidas de 1946, la norteamericana Eleanor Roosevelt lee la famosa “carta abierta a las mujeres del mundo”. Insta a aumentar su participación en los asuntos nacionales e internacionales.
La Declaración Universal de Derechos Humanos (1948), traducida a más de 500 idiomas y dialectos, define por primera vez en la historia los derechos básicos y las libertades fundamentales que deben disfrutar todos los seres humanos — mujeres y hombres por igual.
Símbolo de la resistencia feminista popular, las hermanas Mirabal —Minerva, María Teresa y Patria—, conocidas como las Mariposas, forman un movimiento de oposición directa contra la dictadura de Rafael Trujillo en la República Dominicana. El 25 de noviembre de 1960, las hermanas son asesinadas. El clamor popular aviva el movimiento contra Trujillo, derrocando la dictadura en un año. El 25 de noviembre se recuerdan sus brutales asesinatos, para concienciar sobre la necesidad de poner fin a la violencia contra las mujeres.
Es el número de mujeres que se reúne en Reykjavik en 1975 para protestar contra la desigualdad económica - un 10 % de la población de Islandia. El “Día Libre de las Mujeres” prácticamente paraliza los servicios, las escuelas y los negocios de la ciudad.
El primer Año Internacional de la Mujer, el primer Decenio de las Naciones Unidas para la Mujer y la Primera Conferencia Mundial sobre la Mujer en México potencian el discurso mundial sobre los derechos de la mujer.
Conocida como la “Declaración de Derechos de la Mujer”, la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (también conocida por sus siglas en inglés CEDAW) es el tratado internacional más exhaustivo para proteger los derechos humanos de la mujer. Es el segundo tratado de derechos humanos de las Naciones Unidas más ratificado (189 países) tras la Convención sobre los Derechos del Niño. Aprobada en 1979, la Convención exige legalmente a los gobiernos signatarios eliminar todas las formas de discriminación contra las mujeres en la esfera pública y privada, incluida la familia, y se propone alcanzar una igualdad sustantiva entre mujeres y hombres, no sólo en las leyes, sino también de forma real sobre el terreno.
Tras más de 100 años desde los inicios del movimiento sufragista de las mujeres y tras décadas de valiente activismo, en muchos países las mujeres logran votar en la década de 1980. Sin embargo, las mujeres siguen luchando por el liderazgo todavía hoy. ¿Cuánto hemos avanzado?
Países con jefas de Estado o de gobierno en todo el mundo
El “bidón rodante” es un medio más eficiente para transportar agua limpia, y facilita el trabajo de las mujeres en zonas rurales en todo el mundo, que suelen ser quienes recogen agua.
Las normas mundiales desempeñan un papel clave al establecer referencias para la comunidad internacional que los países tienen la obligación de implementar. El final del siglo XX se caracteriza por la firma de tratados históricos y por resultados que fijan normas con efectos transformadores sobre las vidas de las mujeres.
El primer instrumento internacional en abordar explícitamente y definir formas de violencia contra las mujeres.
Plan de acción que pone a las personas y sus derechos como protagonistas del desarrollo. Reconoce la salud sexual y reproductiva de la mujer como fundamental para el bienestar de todas y todos.
Marco integral aprobado en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer. Con acciones previstas en 12 esferas fundamentales para promover los derechos de la mujer.
Primer marco legal y normativo de las Naciones Unidas en reconocer que la guerra afecta de forma diferente a las mujeres. Insta a la participación de la mujer en la prevención y la resolución de conflictos.
Conjunto de ocho objetivos con fecha límite aprobada unánimemente por líderes mundiales para por fin a la pobreza en 15 años. En 2015, el mundo analiza el progreso y las deficiencias, y formula la siguiente agenda transformadora: los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Desde huelgas de hambre y cadenas humanas hasta peticiones y memes, el activismo tiene muchas formas de provocar el cambio.
Al igual que con la aparición de la imprenta, la radio y la televisión, Internet y la telefonía móvil han transformado radicalmente cómo las personas defienden sus causas. Hay especialistas que avisan de que la participación “pasiva” en línea reducirá la participación activa fuera de las redes.
Bueno, tienen parte de razón. Pero las redes sociales suelen servir para organizarse, expresar indignación y llamar la atención sobre temas que antes no se abordaban. Quizá sin ellos el movimiento de las mujeres sería otro.
La implacable guerra civil empuja a miles de mujeres liberianas a organizarse. Dirigido por la activista Leymah Gbowee, el movimiento emplea varias tácticas, como una huelga de sexo para que los hombres participen en las conversaciones de paz; o una sentada ante las negociaciones de paz en la que las mujeres amenazan con desnudarse para denunciar y evitar que los delegados se vayan sin una resolución.
El éxito es rotundo: pone fin a la guerra civil de 14 años y culmina con la elección de la primera mujer jefa de Estado de África, Ellen Johnson Sirleaf.
En el ../assetsrito pobre de Banda (estado de Uttar Pradesh, al norte de la India), un pequeño grupo de mujeres blandiendo troncos de bambú toma las riendas cuando oyen que un vecino maltrata a su mujer. Intervienen y obligan al marido a reconocer el maltrato y ponerle fin. Este modesto movimiento contra el maltrato doméstico crece hasta convertirse en uno estatal: hoy, decenas de miles de mujeres vestidas de rosa (gulabi) afrontan juntas las injusticias sociales contra las mujeres en el estado e inspiran actos parecidos en el país.
El papel de los medios es fundamental en la formación de opinión y actitudes hacia las mujeres, y al mismo reflejan cómo se las ve. El sexismo en los medios sigue estando generalizado, pero hay anuncios virales y campañas digitales que cambian los estereotipos.
Desde la Penénsula Arábiga hasta las capitales del norte de África, muchas mujeres protestan enérgicamente por sus derechos como parte de un movimiento más amplio: el movimiento panarábigo. La protesta otorga protagonismo mundial a las mujeres, desafiando la percepción de que son pasivas. Aunque esta determinación no es nueva, en Marruecos, las mujeres soulaliyates luchan por los derechos a la tierra; en Túnez, el activismo consigue que la igualdad de género se consagre en la constitución nacional; y, en el Líbano, las campañas hacen que se destierre la controvertida ley sobre la violación.
Es un momento que sacude al mundo: el ataque a la estudiante y activista por la educación Malala Yousafzai en Pakistán. Sobreviviente de un disparo en la cabeza y el cuello, Malala aparece por primera vez ante el público en las Naciones Unidas en su 16º cumpleaños, en 2013.
Es la cifra estimada de personas en todo el mundo que asisten a la “marcha de las mujeres” el 21 de enero de 2017 por los derechos de la mujer. Es uno de los numerosos actos masivos que marcan la década, que también incluyen otros en la India, tras la violación en grupo de una estudiante; en América Latina tras los múltiples feminicidios; y, en Nigeria, tras el secuestro de casi 280 niñas.
Los hashtags lo dicen todo: las mujeres y las niñas quieren vivir sin violencia y en un mundo igualitario.
Hoy, 1 de cada 3 mujeres sufre violencia a lo largo de su vida; 830 mujeres mueren cada día de causas evitables relacionadas con el embarazo; sólo 1 de 4 parlamentarios son mujeres a nivel mundial; y hasta 2086 no se cerrará la brecha salarial si no se contrarresta la tendencia actual. La desigualdad de género es endémica. Ahora, cuando la comunidad internacional se une con la Agenda para el Desarrollo Sostenible, tenemos que luchar para que las próximas generaciones vivan en un mundo donde la mujer pueda expresarse, decidir e intervenir, y disfrutar de los mismos derechos que el hombre.
Mujeres, hombres, niñas y niños, ciudadanas y ciudadanos del mundo, ¡únanse!